ACANTILADOS
Me exigen hablar del mar
ignorando lo que este abarca
Me preguntan que qué tal
que como puedo respirar
que como puedo seguir viva
(ya sabéis, por eso de las branquias)
Unos me tachan de sirena
otros de delfín o pecesito de colores
Yo respondo que me ahogo
y que de vez en cuando
me falta el oxígeno
Alguien gritó en el momento menos esperado
¡Tierra a la vista!
Pero no era una isla sino la selva de asfalto
Me consuela pensar que somos como dos parásitos
nos odiamos y nos queremos,
al mismo tiempo que me arrebata la vida,
me la devuelve en un suspiro
Porque no me canso de
decir eso de que
algunas jaulas te hacen libre,
aunque te limiten el vuelo
Porque no sé si lo he dicho ya
pero también soy gaviota
que busca el mar
Aunque también me tachan de loca
por eso de que cuando llueve
alzo la cabeza al cielo, saco la lengua y abro la boca
para recordar como sabías
A veces incluso trago tanta sal
que se me oxidan los mecanismo
de tal forma que me cuesta volver a ponerlos en marcha
Y yo entonces vuelvo a repetir
eso de que lo que no te mata , te da la vida
y viceversa
Y a mi me vuelven a preguntar
por el mar, y yo respondo
Alguna vez que otra me perdía en su costado
por no hablar de su espalda y de las otras tantas veces
donde me dejé los años
contándole las vertebras de su columna
Siendo estos mis cimientos mas estables
Todas la veces que perdía
la cuenta
y tenía que volver a empezar
Porque sí, ya se que todos son iguales
pero os puedo asegurar
que no es como el resto
Por eso hice de él un mundo
y lo llamé hogar,
con ventanales vistas al horizonte
Vivía de oleajes y era pura marea
su piel de arena ceniza
sabía a mar
Vivía desnudándose la voz
pero vestía acantilados
Y aún no sé en cual de ellos
me perdí yo
Había aprendido a nadar
antes que echar a andar
por eso sabía tan bien
del idioma de las sirenas
Yo en cambio, solo sabía
una cosa con total seguridad
Que si me encontraran ahogada, me dejaran morir
Porque cada vez que hablo del mar
hablo de ti
domingo, 8 de junio de 2014
I
I
Llegó con el inicio de la primavera
como agua de mayo
plantando flores a su paso
Vino decidido a quemar la ciudad
sin tan siquiera separar los labios
para articular palabra
e hizo arder Troya sin fuego alguno
o sí, pero eso es otra historia
Sabía todas y cada una de las canciones
que sonaron en el bar, aquella noche
Se quitó el sombrero para ponérmelo
como quien se entrega a la guerra
en una lucha que ni si quiera es la suya
Y nadie habla de su pelo de escarola
y de lo guapo que está despeinado
de su piel de gallina cuando le tocan
Cuando agarra la mano y besa
como quien hace una reverencia en palacio
Como bebe cerveza
como si fue el mejor vino
Hablo de un amor improbable
que no se le resiste ni a la propia magia
hablo de la reina de corazones
Aún me pregunto el por qué
de esa manía tan suya
de sonreír sin dientes
Algún día va a sonreír de verdad
y ese día será el nuevo fin del mundo
Por ese juego de ¿Quien da más?
de estar en paz
dejándote cojo
dejándome incompleta
porque esa también, es otra forma de invalidez
Creo en despertar a tu abrigo
porque en Madrid
casi siempre es invierno
En las direcciones opuestas
en los besos robados sabor a infancia
y por eso que dices de que ninguno es el mismo
y yo te contesto : Como los cromos, los tazos y las estampas
¡Y yo quería tenerlos todos!
Lo mejor es que seguro que sabes
igual que hueles
a naranjas
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